Si mi tiempo se detuviera solo unos instantes en este momento,
cerraría mis ojos y se abriría la luz del día,
escucharía de nuevo las melodías que me hacen vibrar y recordar.
Escucharía menos los ruidos de la calle,
prestaría mas atención a los sonidos de la madre:
a las caricias del viento,
a la coreografía de los árboles,
a los abrazos de la brisa del mar,
dejaría caer la lluvia sobre mi cara e
inhalaría el olor a tierra mojada,
y recibiría el fuego del sol,
y me escondería sobre las sombras de las nubes,
para no quemarme por dentro;
escucharía los mensajes de los animales.
Y me quedaría así,
estática,
totalmente enajenada,
disfrutándolos,
saboreándolos,
cada segundo,
cada momento,
una y otra vez,
hasta embriagarme sin hastiarme.
Cerraría mis ojos y recordaría las miradas,
las voces, los olores y las esencias que me sacuden,
y perdería mi ser de una buena vez;
es justo sentir.
Prestaría atención al ritmo de mi respiración,
al de mi motor,
que se acelera y acentúa,
fuerte, golpe tras golpe,
y el liquido correría velozmente por sus vías,
y entonces permanecería llena de sensaciones,
y volaría con sueños,
y no se irían, seguirían ahí,
sosteniendo el ritmo,
con magia que renace sobre mi piel.
Podría ser, dejarlo ser.
Es mi deseo de ser,
es mi deseo de estar,
y no quisiera esperar a terminar.
Y me doy cuenta que mi tiempo no se ha detenido,
y hay que seguir manteniéndose vivo.
No comments:
Post a Comment