1.8.07

Mi caja de recuerdos


La melancolía me gana y me llena de buenos y malos recuerdos. Es el dolor del alma el que se hace presente a cada momento y no encuentro salida a cada uno de mis sentimientos.
Es el olor de los lugares y de las personas que he conocido en el recorrido de este camino, el que me hace revivir mi pasado; olores y muchas otras cosas que están guardados en mi caja de recuerdos que llevo conmigo a todos lados, y que me cuesta tanto desprenderme de ella, que quisiera dejar olvidada en algún lugar desconocido, y que en ese mismo instante desaparecieran de mi vida.

Pero que triste sería entonces mi camino sin incentivos, que aunque con malos recuerdos fueran los buenos los que jalaran esta cuerda de la vida, y así lo es.
No culpo a los malos amores o a los malos momentos los causantes de esta nostalgia y soledad, porque ¿qué hubiera sido sin ellos?. Seguramente no estaría escribiendo esto. No me hubiera dado cuenta la capacidad de amar que tiene el ser humano con todas sus consecuencias. Es eso lo que inspira a cada uno, es el motor de la existencia del hombre y su libre albedrío, pero hay una grande lección que aprender: El saber modularlo.

Seria fácil pensar que el vivir es una ciencia exacta como las matemáticas, la física o la química, en las que sabes que con los precedentes y las fusiones que hagas de ellos obtienes el resultado que esperabas. Que con una acción obtienes una reacción y la explicación de ella. Así han estudiado años y años los psicólogos y sociólogos el comportamiento del ser humano. No le resto valor a sus teorías pero su trabajo ha sido en vano, porque no han desatado el nudo de mi complicación ni la de los demás.
Causas y consecuencias que a lo largo de la historia de la humanidad han sido las mismas, los mismos patrones de conducta dirían ellos, y entonces ¿qué pasa?
Pues pasa que nos quedamos en donde estábamos, que "el pensador quiere darle lógica al mundo y no dará ni quitara soluciones que ayuden," como alguna vez lo escuche atinadamente, en algún lugar, hace mucho tiempo, y viene a colación ahora un recuerdo de mi caja, "nadie sabe que el pensar no conduce a nada, el pensar no es actuar, el pensar es confusión, de lo real a lo irreal, no es sentirlo es ver, no es saber es no saber la verdad;" así que no quiero pensar y desperdiciar mas tiempo descifrando este enrredijo y regresare a donde me quede.
No quiero pretender que he dejado de vivir, que no puedo odiar esos momentos aunque lo he pensando e intentado, porque me he dado cuenta que he amado sin importar el resultado, y que tienen un lugar especial en mi caja de recuerdos, y aunque lo piense, lo intente y luche contra ello no la puedo dejar en el olvido, y porque me doy cuenta una vez mas que el amar y los buenos recuerdos son mas fuertes que el mal sabor de boca que dejaron, y que se han ido, aunque sigan ahí, intactos y de vez en cuando salgan a asomarse, como ahora lo hacen.
En algún momento di lo que había tenido dentro y alguien lo ha tomado y desaparecido, he estado viviendo una búsqueda por recuperarlo, pero eso no es lo que me importa, no quiero recuperar algo irrecuperable, sino quiero reencontrar a esa persona que era antes, antes de todo esto, aquellos ojos, aquella mirada ciega y confiada: a mí misma.
Dulces mentiras cambian el trayecto de la vida, que fueron sueños y vagas realidades, y ahora, con hambre de vida busco mi propia realidad con compañía angelical. Camino a la luz de la luna o con las luces de la ciudad, mientras que veo al mundo ausente, los extraños están esperando y viviendo emociones, no lo sé, probablemente estén igual que yo, como si las sombras de la noche buscaran la luz para dejar de ser sombras. Los días y las noches son largos y creo que cargo demasiado: mi caja de recuerdos.

Y me doy cuenta que estoy perdida, pero de pronto aparece la nostalgia, me saluda y conversamos. Sí, esa luna y las luces de ciudad me hacen querer estar en mi lugar de origen, creí estar sola, pero ella me dice: “Amiga, si tu crees que estas sola, yo también lo estoy cuando nadie se acuerda de mí, así que no temas porque nos haremos compañía, y siempre saldré de tu caja de recuerdos.”
Entonces sigo y sigo buscando, agarrándome del pasado y escapándome de el, y me doy cuenta que me hace falta algo, lo que estoy buscando, una parte de mí, ¿me será devuelta? No lo sé, y camino fuerte para mantener mi sentir y no parar de creer.

2 comments:

Anonymous said...

mi niña.. agarrándote del pasado no creo.. conviviendo con él ¿sería más atinado? Sobre todo reflejando destellos de las lucesitas citadinas (lo prendido, la energía, la chispa, las ganas, la curiosidad) y los de la inigualable luna, la q te hace rascar las nostalgias y recordar por que es tan chido vivir, o simplemente que se sucedan noches llenas de diálogo con aquella a la que a veces crees haber perdido y ¡fum! comp por arte de magia, regresa (S).
¡Que así siga siendo!
Te abrazo

LToyos said...

Esto lo escribí por el año 2001, sigo conviviendo con el pasado y a veces se va desvaneciendo en la memoria, pero la nostalgia sigue ahí, constante y adictiva.